"Bipartidismo", segunda temporada

Blancos y colorados hicieron un acuerdo electoral para competir por la Intendencia de Montevideo. Bajo el nuevo lema "Partido de la Concertación" irán dos o tres candidatos que "sumarán" votos para intentar poner fin al gobierno municipal frenteamplista que lleva un cuarto de siglo.

Ciertamente, esta no es la primera vez que blancos y colorados "coordinan" para competir por gobiernos departamentales. La regla de mayoría simple (sin segunda vuelta) perjudica al bloque tradicional en su deseo de evitar el ascenso del Frente Amplio. En algunos departamentos, blancos y colorados han realizado campañas en forma selectiva, maximizando las posibilidades del que está mejor posicionado de los dos para ganar la Intendencia. En otros casos, fueron los votantes quienes ejercieron la coordinación estratégica seleccionado al candidato (o partido) tradicional más fuerte. 


La importancia histórica de la apuesta en Montevideo es que los líderes nacionales blancos y colorados cristalizaron un nuevo bipartdismo modificando la oferta electoral para la competencia por la comuna que gobierna la mitad de la población del país. Esto ha revivido la incertidumbre en torno al futuro de la competencia política nacional en Uruguay. 

Luego de la reforma de 1996 se creyó que la introducción de la segunda vuelta presidencial operaría como un seguro para perpetuar la competencia entre 3 actores (blancos colorados, y frenteamplistas), al menos a nivel de las elecciones nacionales legislativas. Por ahora, los fenómenos más notorios de coordinación blanqui-colorada se han dado a nivel municipal. Pero también es plausible que el "ballotage" no haya sido suficiente.

En efecto, no es nueva la observación de que la emergencia del Frente Amplio pudo haber significado un largo tránsito desde un bipartidismo a otro.[1] Hace ya una década que César Aguiar difundió su propia versión de esta transformación cuando, en un desayuno de trabajo de ADM, le dijo a un grupo de políticos del partido colorado "miren que, en mi opinión, lo de ustedes no es gripe, es cáncer". Tal vez no observemos la desaparición de alguno de los partidos tradicionales, pero lo cierto es que políticos de ambos partidos están dando muestras de querer simplificar la competencia electoral.

El número de actores que compiten en una democracia tiene importantes consecuencias políticas y económicas. En Uruguay ha existido un fructífero debate en torno al impacto de las reglas electorales sobre número partidos y fracciones que efectivamente compiten por el gobierno.[2] Sobre las consecuencias económicas de la fragmentación y fraccinoalización partidaria en Uruguay, si las hay, sabemos bastante menos.

Por ejemplo, las democracias con solo dos partidos tienden a redistribuir menos ingreso que las que tienen múltiples actores compitiendo por el poder. Uno se pregunta si los programas de gobierno se irán pareciendo cada vez más (en torno a los intereses del votante mediano) a causa de la instauración de un nuevo equilibrio bipartidista. La próxima campaña por la Intendencia de Montevideo nos dará algunas pistas sobre ello. 




[1] Algunos trabajos académicos sugieren precisamente esto mostrando la evolución del "número efectivo de partidos" a nivel nacional y departamental. Ver por ejemplo: Buquet (2004), Elecciones uruguayas 2004: el largo camino del bipartidismo al bipartidismo. Iberoamericana. Nordic Journal of Latin American and Caribbean Studies, v.: 34 1-2, p.: 65 - 90.

[2] González, Luis Eduardo (1991), Legislación electoral y sistemas de partidos: El caso uruguayo, en Revista Uruguaya de Ciencia Política Nº 4, Fundación de Cultura Universitaria, Montevideo. González, Luis Eduardo (1991), Legislación electoral y sistemas de partidos: El caso uruguayo, en Revista Uruguaya de Ciencia Política Nº 4, Fundación de Cultura Universitaria, Montevideo. Buquet, Daniel; Chasquetti, Daniel; Moraes, Juan Andrés (1998), Fragmentación política y gobierno en Uruguay: ¿Un enfermo imaginario?, Facultad de Ciencias Sociales, Montevideo. Piñeiro, Rafael (2004), Elección de Dipotados y Fraccionalización Partidaria en Uruguay 1942-1999. Revista Uruguaya de Ciencia Política, Nº 14, FCU.º

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