Tienes un correo


La idea es simple: si se envía un correo electrónico, siempre se espera una respuesta, relativamente rápida. El correo electrónico, presente desde 1961, ha revolucionado la forma en que nos comunicamos, con nuestras personas cercanas, nuestras organizaciones y nuestros gobiernos. Por todos nuestros discursos sobre el cambio entre las relaciones entre el Estado y la ciudadanía, una pregunta sigue siendo pertinente ¿Puede el Estado responder sus correos?

En el 2007 un grupo de británicos, inquietos desarrollaron un software de código abierto llamado Alaveteli. El propósito del software es simple: habilitar a las personas a que realicen pedidos de información pública al Estado, de forma sencilla a través del correo electrónico. Basados en la ley de acceso a la información pública británica, el software entrega el pedido y calcula el tiempo que el Estado tiene para responder. La experiencia ha derivado en más de  100000 pedidos de acceso a la información, una comunidad de usuarios activa en solicitudes, una reducción del tiempo de servidores públicos al responder preguntas repetidas, y potencialmente menos frustración de mucha gente que necesita variada información pública para sus distintos propósitos. Si los usuarios están felices, lo indican, sino lo están, también lo indican. Las estadísticas del sitio web permiten a su vez generar datos fiables sobre cómo, desde la perspectiva del ciudadano, el Estado responde a los pedidos de  información.

En el 2012, a raíz de un taller en la Universidad de Oxford, junto con una ingeniera uruguaya decidimos hacer el esfuerzo de aplicar este software en Uruguay. Nuestro primer intento, fue tomado y   mejorado por el equipo de DATA Uruguay y en colaboración con una ONG especializada en temas  de acceso a la información, decidimos que vería la luz en octubre de este año. Todos lo hicimos (y hacemos) de forma voluntaria. Hasta ayer, alrededor de 100 personas habían decidido preguntar al Estado uruguayo desde estadísticas de accidentes, hasta los documentos de la subasta de Pluna. Hemos combinado saberes de diversas partes, para innovar en Uruguay y eso de por sí es una historia valiosa de contar.

Sin embargo en este post, quiero hacer foco en algunas de las cosas que el lanzamiento de quesabés.org ha ayudado a develar, sobre cómo se da, al menos de manera electrónica, la relación del Estado y la ciudadanía  uruguaya. Lo primero  es entender que no es fácil saber a quien mandar un correo en Uruguay en un organismo público. La única guía de autoridades, no siempre está actualizada (aunque nos consta que quienes la elaboran hacen el esfuerzo) y muchos de los correos electrónicos no funcionan.  Esto nos fuerza a hacer largas búsquedas por páginas web donde  a veces tenemos la suerte de encontrar correos y a veces no. La disparidad de capacidades estatales en términos de gobierno electrónico se nota  gráficamente, a través de una página web, y se torna difícil aún para un equipo de personas especializados en el tema.

El segundo punto relevante ha sido la rapidez con la cual algunos organismos han usado el sitio. Las respuestas pueden variar en calidad, pero muchos se han claramente tratado de entender y sumarse a la iniciativa. Algunos pedidos fueron respondidos en menos de 3 días, con datos relevantes y seguimiento por parte de los usuarios.

Pero por todas las buenas noticias, también hay de las otras. Algunos organismos, como el caso de la Intendencia de Montevideo, pretenden que las personas realicen sus pedidos de forma presencial, a través de un formulario (bastante mal elaborado), en el edificio comunal. Este mecanismo, no solo impide el acceso real a los usuarios, sino que incluso complica la propia operativa de la Intendencia. Para el anecdotario, ha sido la respuesta que una usuario recibió de la Cámara de Senadores, la cuál pretende que todos los pedidos se dirijan de forma presencial, correctamente dirigida al Presidente de la Cámara, en el horario establecido (que es bastante exiguo). Considerando que el Senado es elegido en base a una circunscripción nacional y consecuentemente debe su legitimidad a todos los votantes independientemente de donde vivan, es un caso curioso. Imaginamos que pocas personas en Artigas, Salto, Rocha o para ser francos no más allá de 10 km a la redonda del Palacio Legislativo, les harán pedidos.

La realidad es que desde el punto de vista legal, los principios de derecho administrativo y la propia ley indican que los organismos deben facilitar el acceso a los usuarios, y que las formas son irrelevantes cuando se benefician al acceso de un derecho. La ley además específica que el mecanismo de solicitud puede ser por escrito (y el correo electrónico lo es) y que lo que deben hacer los solicitantes es identificarse ( y lo hacen).  Nuestra posición frente a los pedidos es casi agnóstica: no los juzgamos, no los impedimos, solo facilitamos los medios para que se hagan. Ocasionalmente, si identificamos abuso en el mecanismo (por ahora solo un caso) optamos por procesar el pedido, pero no hacerlo visible.. En caso de abuso serio (como un insulto) optamos por no procesar el pedido. Pero aún con este agnosticismo  algunos organismos han optado inicialmente por no responder, o decidir que no contestarán por correo electrónico, lo cuál en el Siglo XXI es bastante disparatado. Podemos (y tal vez lo hagamos) dar una batalla legal .Pero, seriamente, ¿necesitamos llegar a eso para responder un correo? Obviamente algunos pedidos pueden ser incómodos, y la administración podría optar por reservar la información (es su derecho), pero la "chicana" parece como demasiado.

La idea del derecho al acceso a la información pública, tiene ya 240 años, aunque en Uruguay haya aparecido en forma de ley en el 2008. Todos sabemos que Uruguay es un país con instituciones sólidas, donde siempre nuestra democracia y procesos de rendición de cuentas vertical (léase elecciones) funcionan. Pero nuestros procesos de rendición de cuentas social, en sencillo que el Estado les explique a sus ciudadanos lo que hace y como, aún dejan muchas cosas que desear.  Y en este caso particular, a diferencia de los procesos más tradicionales de rendición de cuentas social, es "distribuido" Dicho de otra forma, no es la "sociedad civil", sino ciudadanos con nombre y apellido, y cuantificables  quienes probablemente han lanzado la mayor cantidad de pedidos en toda la historia de la ley de acceso a la información pública en un plazo de 10 días de vigencia del sitio.

Responder un correo electrónico de un ciudadano, en la era digital, es el acto más básico de rendir cuentas, y aún así no todos parecen querer hacerlo  Obviamente el lanzamiento de quesabes.org está promoviendo un proceso de aprendizaje colectivo y los primeros inconvenientes se irán solucionando. AGESIC ha participado del  lanzamiento de este sitio y ve con buenos ojos esta clase de emprendimientos.  Sin embargo hay algo en algunas de las  primeras respuestas son síntoma de que independientemente de a quien se vote, hay cambios que deben promoverse más allá de partidos políticos, aunque sean eminentemente, cambios políticos y bastante sencillos, tales como responder un pedido de acceso a la información, a través de un correo electrónico.






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